Fundación Marambio
El perro polar argentino
Por el Mayor (EA) EDB Carlos Alberto MONTENEGRO

El Perro Polar Antártico Argentino, inicia sus actividades en el año 1951, con la creación de la Base Antártica del Ejército Argentino "General San Martín".

El trineo de perros era el medio más seguro para los desplazamientos de las patrullas terrestres, ejecución de reconocimiento por zonas desconocidas, y desplazamientos a través de superficies de agua congelada con poco espesor.

En el sector de la Península Antártica se ha atravesado el continente en trineo, de costa a costa, transportando también los refugios que forman una cadena de puntos de apoyo para quienes trabajan actualmente en la Antártida.

Sin perros y trineos no hubieran sido posibles las efectivas campañas que años a años se han ido desarrollando desde las Bases.

Las patrullas exigen una cuidadosa organización y un mayor esfuerzo psicofísico, debido a la vida más rudimentaria, y estar el personal expuesto en mayor medida a las condiciones del clima y al terreno.

Las jornadas deben prolongarse lo más posible en días de buen tiempo para reforzar el trabajo, debido a que una tormenta puede postrar a la expedición durante días.

Al rigor del clima se agrega en algunas zonas la precaria firmeza del suelo, debiéndose adoptar las máximas precauciones para evitar la caída en una grieta.

Las jornadas de marcha, con condiciones meteorológicas favorables, se podían extender hasta 10 horas.

Tenían un rendimiento por jornada de marcha, de 30/35 km/h Durante las patrullas terrestres, tenían gran capacidad a la tracción, eran obedientes a la voz del hombre.

Las razas de estos perros fueron: Husky, Malemite y Groenlandés y las cruzas de los mismos formaron una nueva raza, el Perro Polar Argentino, que se caracteriza por su belleza y prestancia; tiene una alzada de 50 a 60 cm orejas erectas, cola en-roscada y de colores mezclados, marrón claro, blanco y negro.

Su cara es igual a la del Malemute, con los ojos claros o celestes rodeados de un pelaje blanco en forma de arco o de anteojos.

Por disposición del Comité Científico de Investigaciones Antárticas (SCAR), los países que tenían perros en las Bases debieron retirarlos durante las Campañas Antárticas 1991/93; Argentina, respetuoso y cumplidor de la Resolución del SCAR, ha procedido al retiro de los perros de las Bases.

A fin de 1991, la Base Antártica San Martín se evacuó a 22 perros, siendo entregados luego a un Destacamento de Gendarmería Nacional de la Localidad de Puente del Inca, en la provincia de Mendoza.

En este grupo se encontraban los 13 perros que fueron donados por el ciudadano japonés NAOMI UEMURA en el año 1982.

En dicha campaña la jauría de la Base recorrió aproximadamente 800 km.

Los últimos 13 perros fueron retirados de la Base Antártica Esperanza en el mes de febrero del año 1993, y entregados a Gendarmería Nacional en la Localidad de Ushuaia en la Provincia de Tierra del Fuego.

En 41 años de convivencia y trabajo con los perros polares argentinos, fueron muchas las experiencias vividas que jamás el hombre antártico olvidará.

Una de ellas es la del 1 de octubre de 1956, cuando una patrulla de la Base Esperanza, en proximidades de bahía Dusse, sufrió un accidente al caer a una grieta un trineo perdiendo tres perros; el mejor guía de la Base y los dos que le seguían inmediatamente, sin lamentar desgracias personales.

El resto quedó sin caer a la grieta en una especie de puente, mientras el trineo con su carga completa y el conductor fueron rápidamente auxiliados por los integrantes de la patrulla; esta fue una de las tantas ocasiones en que los perros dieron su vida salvando al hombre.

En el año 1952, una expedición que partió de Base Esperanza hasta Base San Martín, recorrió 2000 km empleando dos trineos de ocho perros cada uno y otros vehículos.

En 1965, los perros brindaron apoyo sobre peligrosas y agrietadas plataformas de hielo y nieve, quebradas de tanto en tanto por cordones montañosos, y soportando temperaturas de hasta 41 grados bajo cero, en la primera Expedición Terrestre Argentina al Polo Sur.

En reconocimiento al rol protagónico que el Perro Polar ha tenido en la actividad antártica argentina, se ha resuelto hacer un monumento consistente en una reproducción natural del mismo, el cual se emplazará en la Base Antártica Esperanza; recordando, que:

Así como nuestra patria se hizo a caballo, la Antártida se hizo en trineo de perros.

FUENTE: Mayor (EA) Expedicionario al Desierto Blanco Carlos Alberto MONTENEGRO.
Fue integrante de la Dotación Antártica Anual - Invernada 1994 en la Base San Martín. Integró junto a su familia la Dotación Antártica Anual - Invernada 1999 en la Base Esperanza. Integró la Patrulla de Rescate al buque alemán Magdalena Oldendorff en el año 2003. Intervino en la Patrulla de Rescate en la Base Jubany. Posee la Aptitud Especial Antártica y de Montaña. También posee la Capacitación Especial de Esquiador Militar e Instructor de Andinismo.

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