Fundación Marambio

La soberanía sobre el Continente Blanco
Nuevos desafíos estratégicos en el horizonte del Tratado Antártico

El Tratado Antártico, que data de 1959, se basa en la reciprocidad y el consenso, lo que lo ha convertido en un instrumento idóneo para manejar de manera pacífica el conflicto por la soberanía del Continente Blanco.

Sin embargo, los cambiantes intereses de los países involucrados y el surgimiento de nuevos puntos de tensión han abierto interrogantes sobre el futuro del sistema.

En 1959 se negoció el Tratado Antártico, un instrumento multilateral que viene logrando sus objetivos principales: evitar la militarización, mantener la paz, y promover la cooperación científica (Archivo DEF)

"Dos pelados se pelean por un peine". Jorge Luis Borges caracterizó de esta manera al fracaso de las negociaciones que llevó a la Argentina a la recuperación de las Islas Malvinas empleando el poder militar el 2 de abril de 1982 y a una guerra inusitada, que se prolonga en un conflicto sin resolución.

Proyectando estos conceptos al conflicto por la soberanía sobre el Continente Antártico, recordemos que desde el 1° de diciembre de 1959 se negoció el Tratado Antártico, un instrumento multilateral que viene logrando sus objetivos principales: evitar la militarización, mantener la paz y promover la cooperación científica.

Pasaron más de sesenta años de la firma del tratado, los desafíos han mutado y la situación antártica evoluciona vertiginosamente en términos de relaciones internacionales (Archivo DEF).

Las operaciones antárticas del Tercer Reich a partir de 1938 y el resurgimiento de la industria ballenera habían dado comienzo a dos décadas en las que nuestro continente soportó la amenaza de una contienda internacional.

Algunos países enfrentados en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría posterior desplegaron considerables fuerzas y ocasionaron actos de guerra.

En esos años, se desencadenó una peligrosa puja entre la Argentina, Chile y el Reino Unido.

Entre los límites conceptuales de la utopía y la armonía, el Tratado Antártico es una herramienta muy eficaz.

Sobre la base de la reciprocidad y el consenso, sirve para manejar el conflicto por la soberanía resolviéndolo siempre de manera pacífica.

Pasaron más de sesenta años, los desafíos han mutado y la situación antártica evoluciona vertiginosamente en términos de relaciones internacionales.

Los objetivos iniciales consistieron en mantener la paz y promover la cooperación.

A medida que se consolidaron estas expectativas el sistema de normas para gobernar el continente incorporó acuerdos destinados a conservar y administrar el medio ambiente (Archivo DEF).

La actualidad del Tratado Antártico

El Tratado Antártico también viene adaptándose de una manera que no pudo ser prevista por los Estados firmantes (Argentina, Australia, Bélgica, Chile, EEUU, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelandia, Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética).

Muchos han modificado sus intereses; otros, se han incorporado a lo largo del tiempo.

Se trata de una institución internacional con nuevas dinámicas, consecuencia de la modificación de los intereses e intenciones de los Estados miembros.

Los objetivos iniciales consistieron en mantener la paz y promover la cooperación científica.

A medida que se consolidaron estas expectativas, el sistema de normas para gobernar el continente incorporó acuerdos destinados a conservar y administrar el medio ambiente y los recursos naturales vivos, la información, los minerales o el paisaje.

Diversos párrafos del Tratado, del Protocolo de Madrid y otras convenciones que conforman el Sistema de Normas Antárticas hacen mención de la importancia e influencia del continente para el ecosistema, el clima y otros aspectos estratégicos de escala global.

Conscientemente o no, los estados miembros asumen un rol y representación global, conformando una institución de carácter regional.

En los años 80, las negociaciones por la frustrada convención para la explotación de los recursos minerales derivaron en el Protocolo de Protección Ambiental.

Este proceso fue gestando la incorporación de una serie de Estados como miembros consultivos, tal los casos de Brasil, China, India y Corea del Sur, entre otros.

La explotación comercial de los recursos minerales, pesca, turismo y bioprospección vienen siendo factores de tensión que ponen a prueba la capacidad del Sistema del Tratado Antártico para cumplir con sus metas originales y adaptarse eficazmente, con el paso del tiempo, a las nuevas dinámicas de la gobernanza global y las expectativas de la sociedad civil en sus diversas facetas.

Los analistas identifican cinco puntos de tensión sobre la evolución futura del sistema:

Nuevas demandas y puntos de tensión

Históricamente, la infraestructura, los medios de transporte, las investigaciones científicas, y hasta los turistas, eran preeminentemente occidentales.

Con el acceso de competidores provenientes países asiáticos y otros no tradicionalmente antárticos, a partir de la década del 90, los actores tradicionales comenzaron a sentirse debilitados en su liderazgo.

Luego del significativo aumento e influencia que los nuevos programas nacionales, instituciones de investigación, empresas de logística y turismo han comenzado a proyectar sobre la realidad antártica, países considerados como "tradicionalmente antárticos", -al igual que en reordenamiento a nivel global-; perciben una potente competencia y disputa por los espacios de poder de parte de estos nuevos actores.


El Autor en uno de sus viajes a la Antártida (Gentileza Carlos Flesia)

Dejando espacio para catástrofes, sorpresas o nuevos escenarios, los analistas identifican cinco puntos de tensión en la evolución del sistema antártico.

Teorizando un poco, la negociación es una forma de manejar y resolver conflictos internacionales basándose en intereses comunes y divergentes de las partes involucradas, que los obliga a negociar.

Este tipo de tratativas internacionales tienen procesos y métodos, de los que se sirven los distintos actores internacionales para lograr sus objetivos empleando estrategias de persuasión e interacción.

Las partes se involucran en este tipo de negociaciones con la convicción de obtener un mejor resultado que la situación en la que se encontraban antes.

El desafío consiste en explorar, confrontar y reconciliar posiciones en conflicto a fin de alcanzar una nueva situación, satisfactoria o aceptable para las partes.

AUTOR
Coronel (R) Expedicionario al Desierto Blanco
Licenciado Carlos Félix FLESIA

Es licenciado en Estrategia y Organización y Master en Relaciones Internacionales y Resolución de Conflictos, con vasta experiencia en la planificación y dirección de operaciones logísticas en ambientes extremos como la Antártida y misiones de paz.

Ha dirigido proyectos relacionados con la implementación de Energías Renovables en sitios aislados y ha participado de la elaboración de grandes proyectos en el campo de la Energía Eólica y Solar.
Se desempeñó en la Antártida Argentina, como Jefe de las Bases San Martín – Dotación Anual 1996  y Base Esperanza - Dotación Anual 2003 y presto servicios en la Dirección Antártica del Ejército Argentino.

Además de conducir grandes organizaciones de personal y medios materiales con resultados exitosos, se a desempeñado durante más de diez años cargos directivos relacionados con la capacitación y adiestramiento de personal para tareas de riesgo y en zonas extremas con elevada exigencia de cuidado y conservación del medio ambiente y ha coordinado operaciones de logística y turismo antártico.

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