Experiencias Espaciales en la Antártida
Autor: Brigadier (R) Ing. Miguel SÁNCHEZ PEÑA
Instituto Nacional Newberiano

1 - INTRODUCCIÓN

La Fuerza Aérea Argentina ha realizado numerosas actividades e investigaciones espaciales en el continente blanco, a través de organismos e instituciones que le dependían como la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), El Instituto de Investigación Aeronáutica y Espacial (IIAE), el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la Fuerza Aérea de Tareas Antárticas (FATA) y otros.

Los meteorólogos sostienen que las condiciones atmosféricas y los fenómenos que ocurren en la Antártida tienen efectos sobre el clima mundial. Dicha región es considerada como un gran laboratorio de la naturaleza.

Ya en la década de los años 60 la comunidad científica mundial disponía de mucha información sobre datos atmosféricos y del espacio exterior, a través de experiencias realizadas mediante cohetes sonda, globos estratosféricos de gran tamaño y satélites, principalmente para el Hemisferio Norte. Pero en el hemisferio Sur y especialmente en su extremo más meridional - la Antártida-, se disponía de muy poca información al respecto.

Asimismo la Argentina disponía de varias bases científicas y de observación en este continente blanco y en particular la Fuerza Aérea contaba con los medios operativos y la experiencia para realizar vuelos hasta esas alejadas latitudes.

Todo ello y con el afán de contribuir al conocimiento de la atmósfera que nos rodea, realizar modestos aportes al saber universal y obtener datos útiles para la vida del hombre en países del cono sur, (Ej.: mediciones en la capa de ozono); influyó para que se fueron concibiendo y planificando, experiencias científicas, en las décadas del 60 y del 70. Se utilizaron las plataformas o vectores disponibles, como ser balones estratosféricos y cohetes-sonda, algunos de los cuales habían sido desarrollados y fabricados en Argentina, como el cohete Gamma Centauro, el Orión y el Castor y otros.

Algunas de dichas experiencias serán analizadas en este trabajo.

2 - OPERACIÓN MATIENZO

En el mes de Septiembre de 1963 comenzó a tomar forma, en el Instituto de Investigación Aeronáutica y Espacial (IIAE) de Córdoba, la idea de realizar una experiencia científica en la Antártida. Se había trabajado intensamente en el diseño de cohetes; sus laboratorios de electrónica de radiaciones, de materiales, sus túneles de viento y bancos de ensayo, darían el soporte técnico necesario.

Se contaba además con un equipo veterano en planificar y realizar tareas de lanzamiento de cohetes, tanto nacionales como extranjeros, a través de la intensa actividad de lanzamientos realizados en Chamical, como las experiencias Nube de Sodio, Ion-Aer y otras, realizadas algunas en colaboración con equipos Franceses y Norteamericanos.

La Fuerza Aérea Argentina, realizaba desde hacia muchos años vuelos sobre la Antártida y ya en ese entonces contaba con la Base Aérea Teniente Matienzo desde la cual operaban aviones pequeños como los Beaver (monomotores) y a dicha base se podía llegar con aviones bimotores tipo Douglas C-47 equipados con esquíes.

2.1 - OBJETIVOS Y ALCANCE

El objetivo de la “Operación Matienzo” consistió en medir radiación cósmica mediante cohetes, en forma simultánea en la Base Matienzo (Antártida ) y en el Centro de Experimentación y lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados -CELPA- de Chamical, provincia de La Rioja, distantes 3950 Km. entre si. Las cargas útiles fueron desarrolladas por el Laboratorio de Radiaciones y los cohetes por el Departamento de Diseño y Producción Espacial, ambos del IIAE.

Asimismo se efectuaron lanzamientos de globos de neoprene instrumentados para medición de radiación gamma, tanto en Chamical como en la Base Matienzo. La carga útil consistió en un cristal y fototubo, cumpliendo similar función que la carga útil de los cohetes.

Las cargas útiles para lo globos fueron desarrolladas por la Universidad Nacional de Tucumán y ambos cedidos para ser lanzados por el equipo técnico del IIAE.

2.2 - PLANIFICACIÓN DE LA EXPERIENCIA

Dijimos que desde el año 1963 fue madurando la idea de realizar este operativo y se analizó que era necesario contar con:

1. Vehículo portador (cohete).
2. Carga útil para la medición de los parámetros deseados.
3. Equipos de apoyo terrestre especiales para los lanzamientos.
4. Equipo de personal entrenado.
5. Apoyo logístico de una base, ej. meteorología, comunicaciones, alojamiento, etc.
6. Transporte necesario para llegar desde el continente a la península antártica (Base Matienzo).

Cada uno de estos problemas se fueron solucionando en forma paulatina y coordinada. Como vehículo portador se pensó en el cohete Gamma Centauro, diseñado y construido en el Grupo Desarrollos Espaciales del IIAE en Córdoba. Es un cohete sencillo, confiable y ya probado en numerosas oportunidades en el CELPA de Chamical.

La carga útil fue desarrollada por los Laboratorios de Radiaciones y Electrónica del IIAE. La misma fue montada en la parte delantera del cohete, cubierta de una ojiva de plástico y formando una sola unidad con el paracaídas alojado en un recipiente cilíndrico de aluminio. Este conjunto unido por un aro especial al motor del cohete se separaba en el ápice de la trayectoria.

Los equipos de apoyo terrestre fueron diseñados y ensayados especialmente para las condiciones de bajas temperaturas en que debían operar y además cumplir con el requerimiento de ser livianos, portátiles y fáciles de transportar por vía aérea.

La rampa de lanzamiento estaba constituida por cinco tramos de estructura tubular soldada, tipo aeronáutica, apoyada en zapatas aptas para ser instaladas sobre la nieve. Se diseñó un tipo especial de calefacción para la rampa y un cajón aislado térmicamente y calefaccionando para mantener los motores cohetes previo al lanzamiento a la temperatura adecuada entre +20 y + 30 grados centígrados.

Estos elementos junto con la estación telemétrica, el tablero de disparo y equipos de prueba de la carga útil, constituyeron una base transportable apta para ser enviada por avión y con capacidad de operar en zonas frías.

El personal bajo las órdenes de un Director de lanzamientos estaba organizado en los siguientes grupos de trabajo:

* Equipo de montaje.
* Equipo de cálculo de trayectoria y seguridad.
* Equipo de telemetría.
* Equipo de comunicaciones.

Como un ensayo general de todos los equipos y para entrenamiento del personal a efectos de operar en zonas frías, se planificó y ejecutó un ensayo con lanzamientos reales en el mes de Julio de 1964 en las cercanías de Puente del Inca, en la quebrada de Los Orcones, Mendoza.

2.3 - BASE AÉREA TENIENTE MATIENZO

Fue fundada en febrero de 1961, y comenzó a funcionar el 15 de Marzo de dicho año. Está ubicada en los 64º58" de latitud Sur y 60º04" de longitud Oeste en el islote Larsen perteneciente a un conjunto de islas volcánicas que forman el Nunatak Foca; todo en medio de densas masas de hielo (“pack”) y zonas de presión. La barrera de hielo en los meses de verano, está a unos 30 Km. hasta donde pueden llegar los navíos del tipo rompehielos.

En esa época era una de las bases Argentinas en la Antártida mejor dotadas pues contaba con buen alojamiento, radioestación, estación meteorológica, laboratorio fotográfico, taller automotor y vehículos tipo Sno-Cat y otras facilidades. La base era asiento de una unidad aérea formada por dos aviones deHavilland-Canada DHC-2 Beaver, y poco después fue (1970) dotada con aviones bimotor DHC-6 Twin Otter, todos equipados con esquíes.

Dichos aviones muy aptos para operar en la zona desarrollaron una amplia labor de observación, reabastecimiento de otras bases, evacuación de personal, etc. Ellos sirvieron de apoyo para la primera expedición Argentina al polo Sur que se concretó el verano siguiente a la experiencia espacial que estamos describiendo.

Todas estas razones hicieron imperativo usar esta base y contar con apoyo aéreo para trasladar, desde el continente, al personal y material necesarios para la experiencia científica a realizar.

Tengamos en cuenta que hasta esa fecha, Argentina no contaba con bases en donde los aviones pudieran aterrizar sobre ruedas; solamente con esquíes.

2.4 - DESARROLLO DE LA OPERACIÓN

La Fuerza Aérea de Tareas Antárticas (FATA) prestó su decidida colaboración. Se había preparado un avión Douglas C-47 con esquíes, tanques de combustibles especiales en el fuselaje y el agregado de potencia adicional mediante una turbina Astazou instalada en la cola del mismo.

La revista Aviation Week & Space Technology en su número del 8 de Febrero 1965, describe esta original idea argentina para vuelos de largo alcance. Se realizaron dos vuelos previos en septiembre de 1964 a fin de transportar gran parte de la carga necesaria para la experiencia.

El 5 de Febrero de 1965 arribó a la base Matienzo el avión Douglas C-47, matrícula TA-05 con el resto del material y del personal técnico-científico responsable de esta Operación Matienzo.

Simultáneamente, otro equipo de lanzamiento con una organización similar, pero con otras temperaturas, operaba desde el CELPA Chamical a 3950 km. de distancia.

Luego del arribo del avión TA-05, comenzó en la Base Matienzo una actividad inusitada; debían aprovechare las condiciones de buen tiempo que se habían observado durante el cruce del estrecho del Drake. Merced al trabajo ya cumplido por el grupo adelantado y a la colaboración del personal permanente de la base, las tareas se desarrollaron con toda celeridad. Así fue que a menos de 24 horas del aterrizaje del TA-05 ya se habían efectuado el lanzamiento de un cohete Gamma Centauro y otro de un globo estratosférico.

En anexo 1 se indica un esquema con medidas del cohete “Gamma Centauro” y una vista del lanzador utilizado. Los lanzamientos realizados fueron:

6 de febrero de 1965 11:30 hs Cohete Gamma #014 IIAE Experiencia Rayos X
6 de febrero de 1965 19:00 hs Cohete Gamma #016 IIAE Experiencia Rayos X
7 de febrero de 1965 14:00 hs Balón G.1 Universidad Nacional de Tucumán Experiencia Rayos X
8 de febrero de 1965 14:00 hs Balón G.2 Universidad Nacional de Tucumán Experiencia Rayos X
8 de febrero de 1965 19:03 hs Cohete Gamma #015 IIAE Experiencia Rayos X

2.5 - CONCLUSIONES

Algunas de las conclusiones técnico-científicas de las experiencias se pueden sintetizar así:

1. La carga útil del cohete fue suficientemente confiable para soportar vibraciones, choques y cambios de temperatura y presión.
2. La transmisión de pulsos no fue interrumpida por el cambio brusco de aceleración del cohete durante su ascenso.
3. La actividad de radiación electromagnética a una altura aproximada de 40 km, es unas cinco veces superior a la que se observa en tierra.

Asimismo el personal involucrado en estos experimentos pudo adquirir gran experiencia en áreas tales como:
- Planificación de campañas de lanzamiento.
- Preparación de vuelos en regiones con pocas facilidades de aterrizaje.
- Trabajo en climas severos con bajas temperaturas.
- Desarrollo de sistemas y componentes para experimentos espaciales.
- Planificación de soluciones alternativas en caso de fallas.

Con la satisfacción experimentada y con el concepto de Misión cumplida, dejamos en forma simbólica, inaugurado allí el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados - CELPA ANTARTICO-, como quedó expresado en el cartel allí colocado. Dicha idea, romántica en ese entonces, quedó prácticamente concretada años mas tarde, cuando siendo Presidente de la CNIE, tuve el honor de inaugurar una Base de Lanzamientos semipermanente en la Base Vicecomodoro Marambio, según se verá mas adelante en este trabajo.

Como anécdotas dignas de recordar podemos mencionar que durante el cruce, desde Río Gallegos hacia la Antártida y en medio del estrecho de Drake comenzó a formarse hielo en los esquíes del C-47 y el exceso de peso nos llevaba a un descenso apresurado y peligroso. Pudimos salir de esa situación gracias a la pericia del Comandante del TA-05 Comandante de la Fuerza Aérea. D. Mario Luis Olezza y del Ingeniero de a bordo (autor de este trabajo) quien puso en marcha la turbina de cola para incrementar la potencia disponible.

Otra digna de mencionar, es la siguiente: Debido a fallas en el C-47 y a condiciones de la nieve estuvimos a punto de tener que permanecer varios meses en la Base Matienzo.

Felizmente pudimos volar, luego de un difícil decolaje con esquíes, en los dos aviones Beaver (monomotor) P-05y P-06, piloteados por los entonces 1er. Tenientes D. Eduardo Fontaine y Alfredo Cano, anevizando en la base Esperanza. Desde allí regresamos en el Buque Bahía Aguirre de la Armada Argentina hasta el continente. Estos aviones Beaver y el TA-05 se encuentran actualmente en el Museo Aeronáutico Nacional.

Cabe mencionar que el personal participante fue el siguiente:

EQUIPO QUE REALIZÓ LOS LANZAMIENTOS
Vicecomodoro Ing. Miguel SÁNCHEZ PEÑA Director de lanzamiento (*)
Capitán Ing. Raúl Pedro FLORES Auxiliar del Director (*)
Capitán Ing. Luis A. CUETO Jefe de Montaje (*)
Primer Teniente Ing. Juan C. LÓPEZ ESCALA Jefe de Electrónica (*)
Señor Ernesto CASARI Técnico (*)
Señor José ABAD Técnico (*)
 
TRIPULACIÓN DEL AVIÓN TA-05
Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA Comandante
Primer Teniente Antonio R. MARINO Piloto
Primer Teniente Roberto MELA Navegador
Suboficial Mayor Luis V. CORBALÁN Mecánico
TRIPULACIÓN DE LA BASE MATIENZO
Primer Teniente Eduardo FONTAINE  
Primer Teniente Alfredo CANO  


(*) Todos ellos eran personal del IIAE Córdoba

Esta Operación Matienzo sirvió de entrenamiento, capacitación y experiencia para todo el personal, involucrado en estas actividades espaciales y con espíritu antártico. Permitió realizar, en años futuros, otras de mayor envergadura con mejores materiales para el lanzamiento, cohetes de mayor capacidad en carga útil y en altura; desde otra base en donde se pudo aterrizar sobre ruedas con aviones Hércules C-130.

Con estas ideas in mente se planificó y realizó en el año 1975 el operativo que pasamos a describir.

3 - INVESTIGACIÓN ESPACIAL EN LA BASE AEREA VICECOMODORO MARAMBIO

Experiencias en aeronomía se venían realizando desde el año 1962 en el CELPA Chamical para la medición de vientos en altura y la determinación de la dinámica de la atmósfera neutra, usando la técnica de nubes alcalinas. Fueron las experiencias conocidas como “Nube de sodio” utilizando cohetes Belier-Centaure de fabricación francesa. Consistían en la eyección de sodio en forma de iones generados por la ignición de una mezcla durante la parte superior de la trayectoria del cohete portador. En años posteriores se usaron mezclas con trimetil-aluminio y en algunos casos estroncio, bario y europio. La traza o estela de iones, al cabo de algunos minutos, adopta la forma de una nube.

Dicho programa sería modificado años mas tarde, de acuerdo con nuevas técnicas y que permitieron a los científicos argentinos mantenerse en la avanzada de la física de la alta atmósfera, extrayendo importantes conocimientos acerca de las condiciones de propagación y su influencia sobre las comunicaciones.

A través de un convenio entre la CNIE y el Instituto Max Planck, de Alemania Federal, celebrado en 1972, comenzaron a realizarse las llamadas experiencias EGANI (Experiencia Germano Argentina con Nubes Ionizadas). Luego fueron experiencias EANI (Experiencia Argentina con Nubes Ionizadas). Se utilizaron cohetes de diseño y fabricación argentina, por el IIAE, entre ellos el RIGEL de dos etapas, capaz de alcanzar una altitud de 270 km. con una carga útil de 32 kg. La carga útil la desarrolló el instituto Max Planck.

La EGANI no sólo permitió medir vientos neutros, sino también determinar principalmente los desplazamientos de la ionosfera en los períodos de inversión (crepúsculos matutino y vespertino) y la distribución de los campos eléctricos y magnéticos en altura, aspectos hasta entonces casi imposibles de realizar, especialmente en las bajas latitudes magnéticas.

En 1972 y 1973 se realizaron estas experiencias con el cohete Rigel desde Chamical en forma exitosa. Ello despertó la inquietud de los técnicos y científicos para planificar un operativo mas ambicioso, utilizando un lanzador de mayor porte y mejores performances: el CASTOR. Asimismo, realizar las experiencias en latitudes magnéticas más favorables, bien al sur, o sea en la Antártida.

Ya la Fuerza Aérea contaba con una Base en la cual podían aterrizar sobre ruedas, aviones de mayor capacidad: La Base Aérea Vicecomodoro Marambio.

3.1 - BASE MARAMBIO

La Fuerza Aérea Argentina en sus numerosos sobrevuelos en la Antártida había observado la existencia de un islote llamado Seymour, ubicado al Este de la Península de Palmer sobre el paralelo de los 64 Sur aproximadamente.El islote tenía en su extremo Este una meseta bien nivelada a 200 m. sobre el nivel del mar y era de extensión suficiente como para construir un aeródromo con pistas hasta casi 3.000 metros de longitud, con la singular característica de permanecer casi siempre libre de nieve, aun en invierno.

El Vicecomodoro Olezza, pionero de los vuelos polares, había aterrizado allí en 1968 con un helicóptero UH-1H de la Fuerza Aérea Argentina. En el invierno de 1969 anevizó con el Douglas TA-05 en la base Petrel que la Armada poseía en la isla Dundee, 90 km. al Norte de dicho islote. Luego con el avión Beaver P-03 anevizó sobre el mar helado al costado del islote. Ello le permitió colocar un grupo de hombres que treparon al mismo y en incansables jornadas pudieron limpiar el terreno y preparar una modesta pista de 300m en la cual pudo aterrizar sobre ruedas con el avión Beaver el 25 de septiembre de 1969.

De esta forma se estableció un puente aéreo con las Bases Petrel y Matienzo y en pocos días más pudo aterrizar en TA-05. Un grupo de oficiales y suboficiales, viviendo en carpa y soportando temperaturas de 30 grados bajo cero y vientos de hasta 170 km por hora, pudieron construir una calle de 800 metros apta para otros tipos de aviones. Así nacía la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, única en la cual podían aterrizar sobre ruedas en la Antártida aeronaves de diferente porte.

El 29 de Octubre de 1969 el Fokker F-27 piloteado por el Vicecomodoro D. Ervin Roberto Kern posó sus ruedas en el suelo antártico. Olezza los esperaba allí junto con su grupo de tareas.

Con la presencia de las autoridades que viajaron en este vuelo, en el silencio de un paisaje imponente, como tributo al esfuerzo de pioneros y al trabajo mancomunado de las Fuerzas Armadas, se izó el pabellón nacional y así quedó inaugurada oficialmente la Base Aérea Vicecomodoro Marambio.

La misma esta ubicada en el islote del mismo nombre a una Latitud de 64º 14’ Sur y a una Longitud de 56º 43’ Oeste, en el mar de Weddell.

A partir de esta inauguración se la fue equipando con las instalaciones adecuadas para establecer dotaciones permanentes: vivienda del personal, talleres, laboratorios, estación meteorológica, comunicaciones, etc.

El mejoramiento de la pista y dotarla de radioayudas a la navegación aérea fueron tareas prioritarias. Todo ello permitió planificar futuras actividades espaciales en Marambio ejecutadas por la Fuerza Aérea, la CNIE, el IIAE y el SMN, tales como:
- Experiencia EGANI 1975 con el cohete Castor.
- Establecer una Base semi-permanente para mediciones puntuales de Ozono mediante cohetes. (1979- 1982)
- Instalación de una antena para comunicaciones satelitales en 1981, utilizando el satélite Symphonie.

3.2 - COHETE CASTOR

Desde aquellos modestos lanzamientos con el Gamma Centauro (1965), se continuó trabajando en el IIAE para el desarrollo de cohetes-sonda y pudo concretarse toda una familia constituida por los cohetes a combustible sólido: ORION y CANOPUS de una etapa; RIGEL y CASTOR de dos etapas. Con los dos primeros, o sea uno ensamblado a continuación del otro se fabricó el Rigel. Un racimo de cuatro Canopus formaron la primera etapa o “booster” del Castor, cuya segunda etapa estaba formada por otro Canopus ensamblado con un cono de acople. Fueron diseñados y fabricados en el IIAE en Córdoba.

El cohete Castor fue ensayado y puesto a punto con los lanzamientos en el CELPA (Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados) Atlántico de Mar Chiquita, cerca de Mar del Plata (provincia de Buenos Aires).

El Castor es un cohete a propulsante sólido de dos etapas, su performance nominal es para una carga útil de 50 a 65 kg alcanzando alturas pico entre 450 a 500 km.

Dimensiones:
* Longitud total: 8,40 m
* Longitud y diámetro de la 1ra. etapa: 3,36 m y 69 cm
* Diámetro de la segunda etapa: 28 cm
* Longitud de la sección de carga útil: 2,22 m
* Peso al lanzamiento: 1268 kg
* Máxima altura pico: 500 km
* Velocidad al final de combustión de la 2ª. Etapa: 2300 m/seg.

3.3 - DETALLES DE LA EXPERIENCIA

El personal participante, los cohetes, carga útil, rampa de lanzamiento y demás equipos fueron trasladados desde Córdoba y Buenos Aires hasta la base antártica Marambio en un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina. En ese año 1975 se efectuaron dos lanzamientos de cohetes Castor. Cabe destacar que la rampa de lanzamiento fue similar a la utilizada con cohetes americanos Nike-Cajun adaptada en los talleres del IIAE en Córdoba.

La base contaba con facilidades de meteorología, comunicaciones, soporte logístico, transporte terrestre con vehículos tipo “Sno-Cat” y facilidades de alojamiento. Aviones twin Otter y una pista preparada para recibir aviones tipo C-130.

Fue necesario instalar un radar, un equipo “Rawin Set” y mejorar las facilidades de comunicaciones para contactarse con los puestos de observación en el continente y con aviones de observación de la NASA sobrevolando en el Atlántico a la altura de Nueva York.

3.3.1 - OBJETIVOS DE LA EXPERIENCIA

El objetivo principal fue estudiar los campos eléctricos y magnéticos en altura, los puntos neutros, la temperatura y perfil de electrones.

Para ello se utilizó una carga útil desarrollada por el IIAE en cooperación con el Instituto Max Planck- MPE de Garching Alemania. Dicha carga consistió en una mezcla especial que incluyó una carga hueca (shape charge) capaz de formar una nube ionizada que producía un chorro de electrones viajando como en un tubo desde la antártida hasta el punto magnético conjugado en el hemisferio Norte a la latitud de Nueva York.

Todos estos datos fueron enviados por telemetría a la estación de recepción en tierra. Asimismo la nube ionizada fue observada y registrada por cámaras fotográficas desde los puntos de observación en Tandil (provincia de Buenos Aires), el observatorio de El Leoncito en la provincia de San Juan. Además dos aviones de la NASA con cámaras de TV registraron el pasaje de la nube ionizada, la cual fue observada directamente a simple vista por la tripulación del avión volando a la latitud de N. York.

3.3.2 - CONCLUSIONES

A no dudarlo, esta experiencia fue una valiosa contribución para mejorar el conocimiento de la física de la alta atmósfera en general y el conocimiento de los campos geomagnéticos y eléctricos en particular, probando en forma concreta la validez de modelos teóricos de la densidad atmosférica diseñados en aquella época.

Los resultados fueron altamente satisfactorios; el personal técnico y científico participantes de Argentina y Alemania obtuvieron valiosa experiencia a ser usada para un mejor conocimiento de parámetros físicos de la alta atmósfera y futuras aplicaciones en las comunicaciones espaciales.

Desde el punto de vista operacional y logístico esta campaña fue muy beneficiosa para el personal participante.

4 - PROGRAMA EXAMETNET

En agosto de 1965, representantes de Argentina, Brasil y EEUU se reunieron en Wallops Island, Base de la NASA (Virginia, EEUU) y establecieron la red meteorológica experimental interamericana (Experimental Inter-American Meteorological Network)- EXAMETNET PROGRAM.

El objetivo de este programa fue el de contribuir al estudio de la alta atmósfera en el hemisferio sur y las diferencias y similitudes entre el hemisferio norte y el hemisferio sur, lanzando cohetes-sonda con cargas útiles para medir temperaturas y vientos en altitudes entre 20 y 70 km.

La Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) de Argentina fue la responsable de realizar lanzamientos de cohetes ARCAS, LOKI y JUDI. Lo realizó desde el CELPA Chamical (provincia de La Rioja) entre 1966 hasta abril de 1968 y desde el CELPA Mar Chiquita desde mayo 1966 hasta 1983.

Las mediciones de datos atmosféricos en forma complementaria entre radiosondas, cohetes y satélites han sido importantes. Un nuevo acuerdo entre la NASA y la CNIE fue firmado en 1981 para permitir una serie de lanzamientos de balones y de cohetes desde las bases de lanzamiento de Mar Chiquita y de Marambio en la Antártida.

Las experiencias en Marambio se realizaron entre Noviembre de 1980 y Marzo de 1982. A tal fin fue necesario instalar allí un lanzador especial, un equipo “Rawin Set”, un radar MPS 19 y otras facilidades, constituyendo una Base de lanzamientos semipermanente.

Las mediciones con cohetes debían ser capaces de correlacionar los campos de temperatura en altura con los obtenidos mediante los satélites NOAA/6 y NOAA/7 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EEUU.

Las mediciones de Ozono mediante cohetes permitieron correlacionar los datos con aquellos obtenidos por los satélites NIMBUS/7 y SME.

5 - PRIMERA COMUNICACIÓN SATELITAL DESDE LA BASE MARAMBIO

La CNIE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) en la década del 70 se encontraba trabajando activamente en la preparación de la arquitectura de un sistema satelital doméstico de comunicaciones para la Argentina. Preparó un curso de post-grado en tecnología espacial en su Centro Espacial San Miguel, con profesores argentinos y extranjeros de NASA y del CNES (Centre National D’Études Spatiales) de Francia.

Además de las clases teóricas era necesario que los profesionales que se estaban capacitando adquirieran experiencia práctica con satélites de comunicaciones. Aprovechando los convenios de cooperación que mantenía con agencias espaciales del exterior, negoció con ellas la obtención de dos estaciones terrenas de comunicación satelital y para utilizar el satélite franco-alemán Symphonie. Una estación fue instalada en el Centro Espacial San Miguel (provincia de Buenos Aires) y la otra en la Base Marambio. Ello permitió que esos jóvenes profesionales adquirieran experiencia práctica.

En la navidad de 1981 se realizó con éxito la primera transmisión satelital entre la Antártida y el continente (provincia de Buenos Aires.)

6 - CONCLUSIONES FINALES

- La comunidad científica y técnica en Argentina ha demostrado una aceptable capacidad y preparación para desarrollar y construir cohetes de investigación y cargas útiles para realizar apropiadas experiencias espaciales.

- Estas personas han coordinado, preparado y ejecutado campañas para trabajar en zonas con severas condiciones, vivir y operar con relativo éxito.

- La Fuerza Aérea Argentina tuvo la capacidad para realizar operaciones aéreas en cooperación con la comunidad científica.

- Nuestro país ha sido pionero en actividades espaciales en la Antártida cumpliendo con los tratados internacionales para el uso pacífico del espacio.

- La cooperación internacional, en estas actividades de punta, ha demostrado ser de gran utilidad.

BIBLIOGRAFIA y REFERENCIAS

  1. Sánchez-Peña M. Et al “Operación Matienzo” PE.1-65 IIAE report.
  2. Jane’s 1971-1972 Research Rockets & Space Vehicles, Pág. 580
  3. M. Sánchez-Peña , Sounding rocket in Argentina, publicación 1969
  4. Benavides y Sánchez-Peña “Reseña histórica de bases científicas en la Antártida.
  5. Bettle J.F. et al. NASA The establishment of the Experimental Inter-American Meteorological Rocket Network, Wallops Island Va. 1967
  6. De la Peña A. Descripción y equipamiento del Centro de lanzamiento de Base Marambio.

Fundación Marambio - www.marambio.aq - Tel. +54(11)4766-3086 4763-2649