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CUENTO CORTO PARA UNA NOCHE LARGA
Autor: José Luis CORTELEZZI
Integrante de las Dotaciones Antárticas de la Base Marambio 1967/68 y 1968/69
Integrante de la Patrulla Soberanía, fundadora de la Base Marambio (1969)

Eran las 21 horas y la cena había finalizado.

Como todas las noches teníamos descanso hasta las 22.00, hora en que debíamos ir a dormir.

La mesa del comedor, larga y ancha, de pronto se transformó en sala de juegos.

El gringo Klocker y tres más jugaban al truco. Garavano, Ocampo y Mateos comenzaban una partida de domino.

Makinistian y Posse al scrabel y el resto miraba como jugaban los demás.

Caminé unos metros y pasé por la radioestación; el ruido de los equipos de comunicaciones me hizo volver a la realidad.Sissoy, el operador, estaba hablando con una base chilena.

Continué un par de pasos y entré a la oficina meteorológica en la cual trabajo.

Como al pasar miré el anemómetro, el viento había comenzado a soplar del sur-sur-este a 30 nudos, la presión en baja y la temperatura a 30 grados bajo cero. (tormenta en puerta pensé).

Estaba en la Antártida, en la Base Aérea Teniente Matienzo de la Antártida Argentina, dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, y esa noche tenia turno hasta las 3.00 horas de la mañana.

Después de un rato regresé al comedor.

No había nadie. Sissoy me dijo: Se fueron todos a dormir; algunos están en la habitación del gringo.

Aún faltaban dos horas para hacer la próxima observación meteorológica y como no tenia sueño y tampoco ganas de quitarme la ropa y luego colocarme todo el equipo térmico de pies a cabeza para salir a hacer la observación, me fui a la habitación del gringo.

Golpeé la puerta a la vez que pedía permiso y la habría.

Una atmósfera pesada se escapaba por la puerta recién abierta.

El humo de los cigarrillos y el olor a alcohol se mezclaba con el de los cuerpos livianos de ropa y desparramados en una habitación sin ventilación...

"¡¡¡ Y a lo lejos, en plena noche, apareció una luz como si brotara de la tierra!!!¡¡¡ Que diablos, el tipo se pegó un bagazo y salió corriendo!!!... "Esto contaba Zonny el cordobés.

No hacia falta preguntar de que estaban hablando; cada uno y como encimándose al comentario del otro, contaba alguna experiencia propia o que sabia por comentarios de otros.

El ruido del viento se filtraba a través de las paredes de la habitación como música de fondo nunca mas apropiada al tema del que se hablaba.

Tenia una ventana fija bastante chica de cuatro vidrios repartidos para ofrecer la menor resistencia al viento; y dobles para hacerla mas térmica.

Todos los ambientes de la casa-habitación tenían el mismo sistema; no se podía ver a través de ellas ya que la construcción de la casa tipo "omega" es como un caño cortado a la mitad en forma longitudinal, y las ventanas se ubican en un ángulo que se ve el cielo.

Solo entra algo de luz cuando no están empañadas o cubiertas de hielo que se forma dentro de la cámara de aire dando lugar a figuras caprichosas que se asemejan a helechos u otras plantas y otras al fondo del lecho marino.

Los relatos se sucedían sin pausa y como en una competencia cada uno trataba de que el suyo superara al otro. .....Caballos desbocados, víboras, lluvia, relámpagos, grietas, gritos y figuras de muertes y apariciones llenaban la habitación.

El que relataba semblanteaba a los demás como queriendo sumar puntos y al final de la reunión recibir el premio mayor por haber contado la experiencia mas truculenta.

Eran las doce menos cuarto; y de pronto todos desaparecieron, cada cual se refugio en su habitación.

Me quede solo en medio del largo y angosto pasillo a cuyos lados se ubicaban los diez dormitorios, y enfrentados, al final, el laboratorio fotográfico y el consultorio médico.

En mi mente saltaban los distintos personajes protagonistas de todo lo escuchado. Doce menos diez.

A las doce en punto tenia que pasarle al operador de radio el parte meteorológico para que lo transmita a Orcadas y que consiste en ir a afuera, observar altura tipo y cantidad de nubes, determinar visibilidad y leer los instrumentos que se encuentran en el abrigo meteorológico tipo "pagoda".

¡¡¡Linda noche para cuentos de aparecidos ¡¡¡. Quería estirar el tiempo......Tal vez si fuera de día ......O estuviera amaneciendo...... ¿Tenés miedo Cortelezzi....?

Doce menos cinco. Me calcé las botas de goma y lona, me puse el plumón que es una campera grande con capucha ribeteada en piel forrada en guata y plumas de ganso y exterior de nylon y las mangas terminan en un puño elástico.

Me coloque el cubre orejas, una especie de bincha con dos bandas en cruz que se sostienen sobre la cabeza; los guantes de lana y encima los mitones.

Tomé la linterna y enfilé hacia la salida. Abrí la puerta que separa este sector del de los baños.; la siguiente puerta daba al exterior sobre una escalera corta de madera en que el ultimo escalón y el hielo eran una sola cosa y luego,..... La nada, el infinito.

El viento mantenía su dirección e intensidad suficiente para arrastrar la nieve suelta hasta la altura de las rodillas.

No me veía los pies; parecía que flotaba en lugar de caminar. Me tomé de la cuerda de seguridad y caminé los treinta metros que me separaban del "abrigo meteorológico".

Cielo cubierto, nubes bajas, poca visibilidad, mucho frío y miedo interior.

Quería regresar cuanto antes a la casa, pasar la puerta forrada de chapa, cerrarla de un portazo y trabarla con diez candados.

Subí los cuatro escalones que me dejaban a la altura de los instrumentos y con una leve inclinación me incorporé y comencé a leerlo; ya estaba práctico y memorizaba cada cifra con decimales de cada lectura....Temperatura -32.8, temperatura mínima -30.7 a las 22.50 hs., humedad...

No podía continuar con la lectura. Algo o alguien o alguna cosa de pronto me apretaban con fuerza la pierna derecha por detrás y a la altura de la pantorrilla que me impedía moverla.

Trataba de sacudir la pierna pero la presión acompañaba el movimiento.

Dejé la linterna sobre la base de los instrumentos y me apoyé sobre la misma para no caerme.

Un sudor frío y abundante brotaba de mi cuerpo; sentía como las gotas de transpiración rodaban por mi piel hasta ser absorbida por la ropa.

No podía ser lo que me estaba sucediendo, estaba fuera de toda lógica.

Todo el personal de la base estaba durmiendo, ninguno se iba a levantar para hacer ese tipo de broma.

Un animal marino no era posible ya que la costa estaba a 40 Km.

Un oso polar tampoco, en la Antártida no existe.

Por último, la base mas cercana estaba a 200 Km. cruzando la cordillera antártica y otra a 300 Km. por mar congelado.

Pedir auxilio era imposible; quien me iba a escuchar?.

No tenía otra alternativa que alumbrar con la linterna y ver que "cosa" era.

No fue fácil; el miedo te vuelve torpe en los movimientos y el instinto de conservación prefiere ignorar lo que sucede.

La presión seguía y el cagazo también.

Lentamente bajaba la linterna mientras mi mente continuaba bloqueada; mi vista acompañaba el as de luz hasta dar con "aquella cosa".

Un par de ojos claros casi celestes me miraban sin parpadear.

Un hocico chico y bien formado remataba en una nariz negra y simpática.

La boca bien abierta y poblada de afilados dientes seguía mordiendo mi pierna.

Su cuerpo mediano y corpulento de pelaje gris claro y blanquecino sostenía una cola tupida y juguetona.

Estaba como colgada de mi pierna y agazapada sobre sus patas traseras.

Su mirada profunda y sostenida parecía decirme: ¿¡¡¡¡ VAMOS A JUGAR ¡¡¡¡?

Era Zulma, una perra joven siberian-huskie mascota de la base.

Todo lo narrado, personas y lugares son verídicos. Invernada de 1968.

Poesía "En tu día" que dedicó en la Base Matienzo en el año 1969 a su Antártico Adolfo SISSOY , el día de su cumpleaños, haga clic a continuación: http://www.marambio.aq/anecdotas/cortelezzientudia.html

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