Fundación Marambio
Viajero portón de Ader
Por Alicia Kedinger

Partiste desde el puerto marsellés para fines del siglo XIX. Nacido en París de manos expertas, cruzaste el océano en las entrañas de un buque de carga y fuiste a dar a un terreno disputado por barrios linderos.

Ubicado frente a una torre florentina que de sólo mirarte se tiñó los cachetes de rojo, por pudor ante tu estampa.

Ante ella, de pie, desplegaste erguido tu porte gallardo que remataba en arco semejando abanico de pavo real.

Arabescos de flores y rulos: melena de niña que seduce a quien pasa si se vuelve a mirar.

Tu esqueleto de barras paralelas adornado por argollas en las que nunca faltó un clavel rojo marchito ensartado en tus hierros o una esquela perfumada y tímida dejada al pasar por la muchacha soltera que se atreve a llamar al amor. Testigo mudo en tiempos románticos.

Una tarde te fuiste. Atónitos miraron los vecinos cómo te arrancaron de raíz; subido al camión te alejaste sin destino anunciado. Ya nada allí fue igual. Casi podría jurarte que hasta el balcón de la torre se cubrió de malezas, triste como Julieta privada de su amante.

Pasó el tiempo y hoy el corazón me saltó de alegría al saber que alguien te encontró apoyado contra una pared, como esperando la mano que te vuelva a plantar.

Nunca se debe uno dar por vencido, ya lo ves.

Alicia Kedinger

DICE LA AUTORA

"Desde chica disfruté de escuchar cuentos inventados para mí, por mi papá.

Luego relaté historias fantásticas a mis tres hijas y más tarde a mis nietos.

Tanto me gustó que me hice narradora y anduve de aquí para allá en jardines de infantes, escuelas, hogares y hasta a gente en situación de calle le regalé la fantasía de soñar por un rato.

Muchos me escucharon y a muchos escuché porque en mi juventud me licencié en Psicología y desde hace varias décadas atiendo con felicidad a mis pacientes a quienes agradezco que me elijan.

Desde hace unos años me decidí a escribir retazos de mi niñez desde mi óptica de entonces y luego recorrí otros senderos.

Mi mundo está poblado de palabras que no me dejan detener porque me llaman a volcarlas en un papel.

En eso estoy."

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