Fundación Marambio
Operación Tabarin
El asalto británico a la Antártida

Isla Decepción, 3 de febrero de 1944. Mientras Eurasia se desangra en la Segunda Guerra Mundial, la tranquila bahía interior de la Isla Decepción, en la Antártida Argentina, es perturbada por la incursión de dos buques británicos arribados en secreto absoluto. Sus tripulantes descienden y exploran la isla.

Junto a la estación ballenera destruida por un crucero británico tres años atrás, encuentran una bandera argentina ondeando sobre proclamas de soberanía y placas depositadas por marinos argentinos.

Luego de remover estos elementos el personal iza la bandera británica y descarga equipos comenzando la construcción de una base permanente en la isla.

La operación secreta "Tabarin" de los británicos en la Antártida, había comenzado.

La empresa, consistía en la instalación de bases antárticas en el territorio disputado con Argentina y Chile, no sería informada a estos países hasta comenzado el invierno, cuando ya no puedan enviar buques a la región e incluso entonces no se les informó la ubicación de las bases.

El objetivo explícito de la misión, aquel que es informado a estos gobiernos y al estadounidense, es evitar la utilización de aquellos alejados rincones por parte de navíos y submarinos nazis.

Los hechos que sirven de base a la coartada son la expedición antártica que el Tercer Reich realizó en enero de 1939 en la Tierra de la Reina Maud y la captura de dos flotas balleneras noruegas por el corsario alemán Pinguin frente a aquellas costas en enero de 1941.

Sin embargo, la situación ha cambiado desde entonces. Los corsarios ya han sido vencidos o se encuentran atrapados en las costas europeas.

Los submarinos alemanes tuvieron su año negro en 1943 y ya casi no quedan flotas balleneras para capturar, al menos que no se encuentren custodiadas y artilladas.

Luego de Stalingrado y El Alamein, las tropas de Hitler retroceden hacia el centro de su imperio.

Por otro lado, llama la atención la ausencia de armamento pesado en las bases instaladas por la Opeación Tabarin y los miles de kilómetros que las separaban de aquella región en que los nazis habían actuado.

Todo indica que los verdaderos motivos de la operación son otros.

Desde el comienzo de la guerra, las tensiones entre británicos, chilenos y argentinos en torno a sus reclamos antárticos venían en aumento.

Frente al imperio sajón, nuestra república gozaba de una estación antártica permanente, la Base Orcadas, única desde 1904.

Londres se alertó aún más al observar un buen entendimiento entre ambas naciones sudamericanas en lo relativo a sus reclamos antárticos y más aún cuando permanecían neutrales en la guerra.

La situación se agravó en enero de 1942 cuando Argentina envió al buque ARA 1° de Mayo a explorar diversos puntos de la Península Antártica y sus islas adyacentes, depositando proclamas de soberanía e instalando el primer faro antártico.

Los británicos respondieron removiendo los objetos, reemplazándolos por escudos de la corona y presentando una queja ante el gobierno argentino.

Un año después, en enero de 1943, el ARA 1° de Mayo surcaba nuevamente aquellas aguas, reemplazaba los objetos británicos por los argentinos y los roces diplomáticos volvían a repetirse.

Fue durante esta última acción argentina que el Secretario de Estado de Asuntos Extranjeros en Londres alertó al Gabinete de Guerra y propuso instalar bases en los puntos, según él, "cariados" por los argentinos.

Así, el Colonial Office junto al Almirantazgo planificaron la operación que le daría al Imperio Británico sus primeras cuatro bases permanentes en la Antártida, no casualmente instaladas tres de ellas en los lugares visitados por el ARA 1° de Mayo (Isla Decepción, Puerto Lockroy y Bahía Margarita) y una en la emblemática Bahía Esperanza, más una quinta, sin dotación, en las Islas Orcadas, donde Argentina poseía su propia estación.

Tres de estas bases fueron instaladas a principios de 1945, cuando el nacional-socialismo se encontraba casi derrotado.

Pero la fachada del fantasma nazi, que había les había evitado a los británicos entrar en conflicto con Estados Unidos y Argentina durante la guerra, caería totalmente meses después cuando al finalizar el conflicto la operación continuó, cambiando sólo su nombre.

De todas formas, los objetivos reales no serán expuestos hasta 1955, cuando el Imperio Británico, desesperado frente al rotundo avance argentino en los pasados diez años, en los que habían instalado numerosas bases, presentó el caso ante la Corte Internacional de la Haya, reconociendo involuntariamente en su informe a quién estaba dirigida la operación.

Autor: Pablo Fontana

Presentó esta ponencia en el XIII Encuentro de Historiadores Antárticos Latinoamericanos en octubre de 2013 en la Ciudad de Ushuaia.

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