Fundación Marambio
Una voz argentina nacía en la Antártida
LRA36 Radio Nacional "Arcángel San Gabriel"

Un 20 de octubre de 1979 comenzaban las primeras emisiones de Radio Nacional "Arcángel San Gabriel".

Su emplazamiento se ubica a los 63º 23' de latitud sur y 56º 59' de longitud oeste, en la Bahía Esperanza, extremo norte de la Península Antártica. Bañada por el Estrecho Antartic, y recostada sobre las estribaciones del monte Flora y los cerros Taylor y Pirámide.

Una geografía distinta a otras ya conocidas en nuestro medio... A veces suele ser paradisíaca, otras tempestuosa, con sensaciones térmicas extremas de alrededor de 50 grados bajo cero sustanciadas por los vientos huracanados que superan en algunas ocasiones los 250 km/h.

Difícil de imaginar para quienes habitan en las zonas urbanas de un país bendecido por Dios.

De cualquier modo, nuestro Padre Eterno nos ha protegido en infinidad de circunstancias donde el peligro nos obligaba a tomar precauciones.

Dentro de ese entorno, el proyecto de la radio nacía años atrás con fundamentadas razones.

Sin los adelantos tecnológicos con que se cuenta en la actualidad, y con la sensación que embarga al hombre inmerso en la larga vigilia del invierno antártico. Carente de un contacto con una emisora radiofónica audible que le devuelva el "sonido" correspondiente a sus imágenes más queridas...

El contraste con la potencia de la BBC de Londres, o Radio Moscú, o Radio Nederland de Holanda. Con excelente potencia de audio las tres, pero con un enfoque filosófico diferente.

Y en contraposición, las señales de las radios de Buenos Aires, que de acuerdo al capricho de las capas ionosféricas se desdibujaban hasta dejar simplemente un carraspeo ruidoso en el parlante... Y nada más!.. Una primera experiencia traviesa fue la utilización de una las frecuencias de los canales meteorológicos del móvil marítimo en la nochebuena de 1978.

Por ese medio técnico se difundieron villancicos, y posteriormente la misa de gallo ofrecida por el capellán de Base Esperanza presbítero Buenaventura De Filippis.

La transmisión fue captada por las estaciones antárticas argentinas y extranjeras hispanoparlantes con excelente margen de aceptación.

Y de allí en más, el planteo hacia las autoridades nacionales, los trámites ante la entonces Secretaría de Comunicaciones, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, la Secretaría de Información Pública.

Finalmente superados esos pasos, una lluviosa mañana, el 24 de agosto de 1979 zarpaba desde el Puerto de Buenos Aires el flamante Rompehielos "Almirante Irízar" en su viaje inaugural. Sus amplias bodegas cobijan víveres, indumentaria, combustibles y materiales diversos para reabastecimiento de las Bases.

Pero, además un transmisor de 1200 watts, una consola de transmisión, grabadores, columnas de cemento para transporte de cables de energía eléctrica, torres, antenas, material de difusión y accesorios diversos.

Su hangar aloja también a dos helicópteros "Sea King" de la aviación naval; ellos, en el confín austral de la patria cumplirían la última etapa del transporte, dejando sobre la helada superficie el material seleccionado y a seis hombres expertos en comunicaciones.

Fueron dos bonaerenses Francisco "Paco" Vila y quien redacta esta crónica; el catamarqueño Oscar Jorge Martínez; el porteño: Antonio Luis Pascual; y los santacruceños Felipe Cuenca y Victoriano Garay. La misión encomendada fue unirse a la dotación que invernaba en la Base Esperanza para consolidar el proyecto.

Posteriormente, y a partir del 17 de septiembre, fecha de arribo a bahía Esperanza, se suceden las jornadas de arduo trabajo desafiando a una naturaleza hostil.

Situaciones impredecibles donde se alternaban los logros y alguna frustración.

Las añoranzas por lo que quedó atrás en el continente, y la ansiedad lógica por ganarle al tiempo cronológico y a la impredecible meteorología antártica. Mediante el empleo de geodestas expertos se logró efectuar las marcaciones para la direccionalidad y el plano horizontal de una antena rómbica, ideal para asegurar la calidad de las emisiones.

De tal manera, se logró superar el plano inclinado que se produce cuando el sitio de instalación es montañoso e irregular.

La altitud de las torres debe ser menor en los planos elevados y mayor en los planos bajos.

No fue fácil horadar rocas a pico, pala, punta y barreta, para emplazar el basamento de las torres y las riendas de sujeción.

Licuar luego la nieve y convertirla en agua bullente, generando después el hormigón con las piedras de la costa y el agregado de cemento portland con el adicional del fraguante rápido. Con ese material, rellenar el encofrado previsto para el emplazamiento posterior de torres y anclajes de sujeción.

Tampoco resultó fácil colgar posteriormente los rollos del resistente alambre "Coperweld" que conformaría el rombo con tres planos de 53 metros de lado, y que sería en definitiva el encargado de lanzar al éter la futura programación.

Además el tendido de las largas líneas de alimentación que trasportarían la energía eléctrica para alimentar los equipos.

Mucho menos, voltear paneles laterales de la casa habitación para poder introducir los módulos de aquél gigantesco equipo de transmisión de onda corta, junto a las consolas de transmisión; volver a restaurar la casa; condicionar simultáneamente el grupo electrógeno de energía trifásica para alimentar los equipos, tampoco resultó una tarea fácil.

Pero la perseverancia y la profesionalidad vencieron todos los imponderables con los cuales se tropezó.

La primera salida al aire con el apoyo de LRA10 Radio Nacional Ushuaia y LRA24 Radio Nacional Río Grande, marcó un hito en la radiotelefonía argentina. Era la primera y única radioemisora del mundo que emitía en prueba desde el continente blanco!

Finalmente a las 11:20 hora de Argentina del sábado 20 de octubre de 1979, el locutor anuncia: "Aquí LRA36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel en su frecuencia de 6030 Kilohertz, banda de 49 metros, emitiendo desde Base Esperanza en la Antártida Argentina, juntamente con las emisoras que integran la cadena oficial de radiodifusión!...

"La Primavera", milonga de y por Víctor Velásquez, fue la primera composición difundida a los cuatro vientos del mundo como mensaje de argentinidad; luego vendrían otros logros donde primarían las historias antárticas, salpicadas con música nacional.

El primer programa unitario llamado "Horizontes de Hielo" que trató de amalgamar comentarios puntuales sobre actividades de la Base Esperanza y el Fortín Antártico Sargento Cabral.

Así también actualidades de las otras Bases Antárticas Argentinas; los informes glaciológicos y meteorológicos cuya utilidad alcanzaba a quienes navegaban por la Antártida, sin distinción de países, razas o credos, también tendrían cabida en las emisiones.

Los primeros operadores de cabina técnica y planta transmisora fueron los Sargentos Primeros Eduardo De Carli y Horacio Barbagallo; en la locución, se desempeñaron junto a mí la señora Silvia de Arnouil y posteriormente María Cristina Graff.

En la segunda dotación que también tuve el privilegio de integrar, debo hacer mención que previo curso en el ISER (Instituto Superior de Enseñanza de Radiodifusión) fueron locutoras las señoras Graciela Noemí Gerpe de Calmón, María Medina y el Teniente 1ro. Daniel Borgna.

En la apoyatura técnica Los Sargentos Primeros Ricardo Fidel Chidichimo y Marcelo David Posse.

El sueño estaba cumplido; quizás todo lo expuesto ya forme parte de la anécdota.

En la bruma del recuerdo quedarán las añoranzas de escuchar una radio argentina que acompañaría a nuestros compatriotas en la larga vigilia antártica. En la osadía previa de emitir en las frecuencias del móvil marítimo con equipos no convencionales los villancicos de la nochebuena de 1978, y luego la misa de gallo; o el titánico esfuerzo de la totalidad de los integrantes de la Base Esperanza y del Fortín Antártico "Sargento Cabral".

El sueño ya estaba cumplido. Posteriormente centenares de radioescuchas nos ofrecieron su testimonio escrito dando cuenta de recepcionar nuestra señal en dispares puntos del Planeta.

Las dotaciones subsiguientes de LRA36, ya constituida oficialmente, perfeccionaron los aspectos técnicos y operativos.

Las horas de irradiación fueron ampliadas y la era de los satélites de comunicaciones tendieron su puente, superando el aislamiento con las gélidas latitudes que nos separaban de ese suelo lejano y querido, rodeado de mares tempestuosos y fosas marinas abismales.

Actualmente se la puede escuchar desde las 19:00 horas en la frecuencia de 15476 kHz.

Vaya el merecido reconocimiento a la dotación 1978/79 de la Base de Ejército "Esperanza" a quien la cabrá el mérito de haber participado en la difícil empresa de construir la primera radiodifusora antártica oficial del mundo.

A los soldados voluntarios que aportaron su heroica cuota de arduo trabajo en la campaña antártica del verano.

A la Armada y a la Fuerza Aérea, que facilitaron el transporte de los elementos necesarios; a los directivos de LRA1 Radio Nacional Buenos Aires, a su personal técnico, locutores, administrativos, y muy especialmente a los productores del Noticioso por su infinita paciencia y dedicación.

Un agradecimiento paralelo a la colega LS5 Radio Rivadavia que mediante su "Oral Deportiva" nos brindó la oportunidad de salir al aire en etapas previas haciendo difusión de nuestro quehacer antártico los días domingos, en el espacio del futbol.

También el recuerdo imperecedero a todos los hombres y mujeres, civiles y militares, que transitaron mares, cielos, y la maravillosa "Pampa Blanca" de nuestro vértice más austral, desde un lejano 22 de febrero de 1904 en las Islas Orcadas del Sur.

Ellos fueron estableciendo el vínculo hacia los que luego se diseminaron por otros lugares de nuestro sector antártico.

Ellos también transitaron kilómetros de patrullas gauchas bajo el sol reticente a mostrarse mimetizado por las tormentas, o también alumbrados por las fugaces estrellas increíbles de la noche polar.

A todos los Antárticos, los del otro siglo y los del actual, que hicieron posible el cumplimiento de más de un centenar de años de ocupación efectiva y permanente -hecho no emulado por ningún otro país- y en algunos casos puntuales, a costa de sus propias vidas!

AUTOR
Suboficial Mayor EA (R) EDB Juan Carlos SALVIA, quien invernó en las Bases Antárticas General Belgrano sobre la Barrera de Hielos de Filchner, y Jubany (actual Carlini) en la Isla 25 de Mayo del Grupo Shetland del Sur.
Además participante de tres campañas de verano en la Base Esperanza.
Es en la actualidad Presidente del Círculo Amigos del Tango de Lomas de Zamora, correspondiente a la Academia Nacional del Tango de Argentina.
Conductor del programa de tangos "De Academia" que se difunde por AM 820 "La Radio" y vía Internet mediante el vínculo www.radioestación820.com
Radioaficionado de categoría superior, con señal distintiva LU7DA.
Socio del Radioclub Comandante Tomás Espora de Lomas de Zamora, e instructor de telegrafía (su hobby preferido).
Integrante del Rotary Club de Temperley correspondiente al Distrito Rotario 4915 de Argentina.

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