ANIVERSARIO DEL ARRIBO AL PAÍS
LLEGADA AL PAÍS DE LOS AVIONES C-130 HERCULES
Palabras pronunciadas por el Jefe de la I Brigada Aérea de El Palomar Comodoro Omar Alfredo POZA

Hoy, la I Brigada Aérea se viste de fiesta para celebrar con legítimo orgullo los 40 años del Sistema de Armas Hércules C-130.

Como Jefe de Brigada, siento la enorme satisfacción, no solo por ser el titular de la misma y tener la responsabilidad de la organización de este evento sino por mi condición de ex-tripulante y Jefe de Escuadrón.

Será la ocasión propicia para recordar a todos aquellos que hicieron grande al Escuadrón I – C-130, por los que están presentes y por los que ya no están.

Será la ocasión también, para que la gran familia del “legendario C-130” se reúna, en un clima de sana camaradería y brinde por la dicha de haber sido tripulante de esta noble aeronave que nos ha cobijado y ha permitido sentirnos parte de un equipo cumpliendo con nuestra vocación.

Necesitaríamos varios días para enumerar todos los hitos de este glorioso Escuadrón por lo que me limitare a resaltar aquellos hechos que en mi opinión contribuyeron a elaborar su identidad.

Volar en este Escuadrón le permitió a 40 generaciones de tripulantes capacitarse prácticamente en todas las tareas del transporte aéreo operativo.

Esta historia se inicio un 23 de diciembre de 1968, cuando arribaron a El Palomar los tres primeros aviones, matrículas TC-61, TC-62 y TC-63, procedentes desde la planta de la LOCKHEED, en los EE.UU.

Como es obvio de imaginar, decidimos concretar el evento hoy, por naturales razones de calendario.

El Hércules C-130 en 1968


Su nacimiento tuvo lugar hace mucho tiempo, en 1951, cuando la Fuerza Aérea de los EE.UU. efectuó un requerimiento operativo que respondía por un lado a su Comando Aéreo Táctico, por el otro, a las exigencias de su Ejército y por último, a las experiencias y demandas surgidas luego del puente aéreo sobre Berlín y la guerra de Corea.

¿Qué se buscaba?

Una aeronave que pudiera volar bajo a altas velocidades en misiones de asalto, entregar personal o material por lanzamiento o aterrizaje, trasladar hasta 64 paracaidistas o 92 combatientes con equipo completo, o transportar hasta 17 toneladas a más de 3.000 km de distancia, finalizando con aterrizajes en pistas semipreparadas, en fin, un avión con capacidades desconocidas para su época.

En 1968, en Latinoamérica, solo Brasil contaba con ellos y nuestra ya modesta flota de transporte estaba constituida por los nobles pero obsoletos Douglas DC-3/C-47 y DC- 4.


Para nuestra Fuerza Aérea la incorporación del C-130, significó un antes y un después, un salto cualitativo que altero en profundidad toda la estructura de la Fuerza asociada al Transporte Aéreo Operativo.

Debe recordarse que se estaban incorporando también los primeros aviones Fokker F-27.

Con la llegada del Hércules y su gran capacidad de carga, fue necesario reemplazar las viejas Terminales Aéreas casi dedicadas en su totalidad al transporte de pasajeros por Instalaciones, que contemplaran la carga como un elemento esencial, seguida de la capacitación de sus operadores y la adquisición de todos los equipos componentes del sistema.

La epopeya antártica

Como no podía ser de otra manera, enseguida aparecerían los primeros trabajos, los primeros logros, ya en suelo patrio.

A comienzos de 1969, se inician los vuelos de reconocimiento antárticos, los primeros lanzamientos de carga en la inhóspita Antártida, en la profundidad de la Base Belgrano, también en Petrel, en Matienzo y en una ignota meseta en la isla Seymour (Isla Vicecomodoro Marambio), en la que se encontraban trabajando unos sacrificados picapiedras construyendo a pico y pala, la que luego seria la pista de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio.

Recién el 11 de abril de 1970, con el aterrizaje del Hércules TC-61 en los iniciales 1.000 metros de pista, se rompería en forma definitiva, el “aislamiento antártico” con el continente.

Solo en 1970 se concretaron 23 vuelos LAN “Logísticos Antárticos”.

El vuelo transpolar

Los desafíos para el Escuadrón I, parecían no tener límites….., es así que a fines de 1973, el Comando de Operaciones efectuaría el requerimiento denominado “Transantar”, cuya misión consistía en realizar un vuelo experimental transantártico entre Buenos Aires-Marambio-Polo Sur-Australia-Nueva Zelandia-Marambio-Buenos Aires, con la tarea de evaluar la factibilidad de hacer vuelos comerciales transantárticos intercontinentales regulares hacia Oriente por una ruta desconocida por el oeste, objetivo que se cumpliría entre el 5 y el 10 de diciembre de ese ano 1973, volándose un total de 48 horas y recorriendo 25.170 km.

Ese vuelo sería la llave para abrir la ruta en forma definitiva a la actividad comercial.

Malvinas

El año 1982 y el Conflicto del Atlántico Sur marcarían un punto de inflexión en la historia del Escuadrón I al operar antes y después del 1º mayo, hasta el último día de operaciones.

Muchos de los protagonistas de esa gesta, están aquí con nosotros y su presencia nos honra.

La situación táctica en las islas después del 1º de mayo obligó a las tripulaciones a abandonar la “comodidad” de las técnicas del vuelo bajo, sugeridas por el manual, de volar a 500 pies (152 m) en operación diurna y 1.000 pies (304 m) en nocturno.

Atravesar la “zona hostil” después de es fecha para llegar a Puerto Argentino con material y personal, vitales para la continuidad de las operaciones, significó, terminar volando esos 300 kilómetros de la zona de exclusión casi siempre, “nocturno” rasante entre 50 y 100 pies, es decir, a 30 y 21 metros de las olas, a más de 600 km/h, en condiciones meteorológicas marginales y con la posibilidad siempre latente de ser detectado por una fragata, y disponiendo, de sólo una única arma para enfrentar esa amenaza…., un oportuno y veloz escape.

Se realizaron 61 a lo largo de un mes y medio de conflicto real, aterrizando 31 de ellos en Puerto Argentino, efectuándose además 2 lanzamientos de cargas para unidades del Ejército Argentino y 47 salidas de Reabastecimiento en Vuela que abastecieron a 93 escuadrillas de aviones cazas de la Armada Argentina y de la Fuerza Aérea Argentina.

Que se puede agregar que no se haya dicho, del coraje y el profesionalismo exhibido por las tripulaciones del Escuadrón I, que mereciera elogios propios y de oponentes, el que permitió burlar el bloqueo ingles sistemáticamente, no sin enormes sacrificios, como fuera la pérdida del Hércules TC-63 y su tripulación, aquel 1º de junio de 1982, mientras se encontraba realizando una misión de Exploración y Reconocimiento.

Post Malvinas

Luego del Conflicto, el Escuadrón I, con el enorme capital de haber sido probado en combate, siguió alcanzando un sinnúmero de hitos y formando nuevas generaciones de tripulantes los que continuaron abonando el camino y el prestigio logrado.

De estos hitos, mencionaremos algunos en forma aleatoria, como la participación en el Conflicto de Golfo en el año 1991, evacuando residentes argentinos de la zona de crisis, el traslado con 3 aviones, del Hospital Reubicable de la Fuerza Aérea a la misión de Naciones Unidas en Mozambique en el 1993, el lanzamiento de carga en la base Noruega Blue Fields en la profundidad de la Antártida en el año 1994, la vuelta al mundo trasladando un reactor del INVAP, desde Bariloche a Sydney, Australia en el 2005 y tantos otros.

Situación Actual – Plan Plurianual de Recuperación de las Capacidades de Mantenimiento (PCM)

Regresando al presente, hoy, nuestro noble Hércules de la mano de su modernización se prepara para un horizonte operativo que excederá con amplitud las previsiones originales de sus diseñadores, no sólo para sobrevivir “en terreno hostil” sino también, para sobreponerse al paso del tiempo.

Así lo ha decidido la USAF al emprender la modernización integral de sus más de 500 Hércules e invirtiendo un presupuesto más que importante después de evaluar que la célula de sus C-130 alcanzaría sin problemas el año 2030.

Esto es muy importante para nosotros porque significa que habrá repuestos y soporte técnico por mucho tiempo mas.

La modernización abarcara no solo la digitalización total de su aviónica sino varios de sus sistemas, lo que permitirá incrementar en forma notable, sus capacidades y autodefensa en el combate actual.

Nuestra Fuerza a través de la Dirección de Investigación y Desarrollo también esta trabajando para participar de este proceso de modernización junto a nuestro personal y el Estado Mayor Conjunto.

En cuanto a la situación actual integral del Sistema de Armas C-130, debo mencionar que los tiempos que corren son alentadores ya que estamos mejor que el año pasado en muchos aspectos, aunque persisten factores estructurales negativos que deberán ser atendidos para no afectar el cumplimiento de la tarea, siendo tal vez, el mas significativo, el éxodo del personal técnico y de pilotos altamente calificados.

Entre los factores positivos, seguramente el mas importante es la aplicación del Plan Plurianual de Recuperación de las Capacidades de Mantenimiento (PCM 2007/ 2011), plan del que nuestra Brigada junto al Sistema de Armas C-130, han sido privilegiados receptores, al haberse asignado importantes recursos a la recuperación de sus aviones, hangares y depósitos, a la adquisición de herramientas, equipos de verificación y a la ejecución de cursos en el país y el exterior de su personal técnico.

Los primeros resultados han permitido la recuperación del material de vuelo para pasar desde febrero del año pasado a la fecha, de disponer de solo un Hércules C-130 y un Fokker F-28, a cinco C-130 y tres F-28 actuales, y en el caso particular de los Hércules, con expectativas concretas de incrementarse en dos aeronaves mas.

Cabe aclarar que no fuimos espectadores de este proceso de recuperación, ya que estos dos años, en nuestro Grupo Técnico 1, con personal reducido, se han llevado a cabo siete (7) inspecciones isocrónicas y una reparación estructural mayor.

Pasando a los aspectos operativos, quiero llevar tranquilidad a nuestros queridos ex-tripulantes porque el Escuadrón I, sigue cumpliendo con gran eficacia, si bien, no con la misma intensidad que en sus épocas, la tarea de formar personal y la de cumplir activamente con la actividad aérea especifica, conjunta y combinada, incorporándose este año nuevos pilotos y navegadores y realizando la actividad de Simulador de Vuelo en forma anual, en el exterior.

Prueba de lo expresado en cuanto a la multiplicidad de la tarea, el año empezó con un Lanzamiento de carga con 2 aviones a la Base antártica Belgrano II y continúa con un ejercicio de Búsqueda con Chile en Bariloche a fines de este mes, luego a principios de noviembre se participará con 2 aviones del ejercicio combinado CRUCEX junto al SDA A4 AR, en Natal, Brasil, realizando tareas logísticas y de Reabastecimiento en Vuelo, para concluir, con un Viaje Final de Cadetes a Centroamérica en la 2da. quincena de noviembre.

Como ven los miembros del Escuadrón Hércules están en plena actividad y con muchas expectativas en el futuro.

Voy concluyendo estas palabras con un reconocimiento especial para aquellos que hicieron posible este histórico encuentro, empezando por muchos ex-tripulantes que colaboraron acercando datos e información valiosa, participaron de entrevistas, siguiendo por los actuales integrantes del Escuadrón y de todo el personal de esta casa que lo cobija, la I Brigada Aérea.

Finalmente, quiero cerrar estas palabras, invocando la protección de nuestra Virgen de Loreto, para que guíe y proteja a todos los miembros, pasados, presentes y futuros del glorioso Escuadrón I C-130, para que siga cumpliendo la misión asignada con el mismo profesionalismo y formando en la excelencia a las nuevas generaciones de tripulantes, con el mismo sentido de pertenencia y para que el lema “Podemos para que otros puedan” siga vigente quizá, por 40 años más.

Palabras del Brigadier (R) Ricardo Augusto PEÑA en el mismo acto