Coronel (R) Expedicionario al Desierto Blanco
Oscar Roberto SOSA

Tenemos el pesar de informar el fallecimiento del Coronel (R) Expedicionario al Desierto Blanco, Oscar Roberto SOSA, ocurrido a causa de un infarto en la mañana del día 18 de agosto de 2011, a los 77 años de edad.

Había nacido en la ciudad de Trenque Lauquén, provincia de Buenos Aires, el 2 de octubre de 1933 y en la actualidad se domiciliaba en la ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro, junto a su esposa, la señora Mirta BUTIGUE.

Cursó sus estudios secundarios en el Liceo Militar General San Martín, egresando en la Promoción 10, ingresando en el año 1952 al Colegio Militar de la Nación, donde integró la Promoción 85, eligiendo el arma de infantería y siendo destinado a la 3ra. Compañía, recibiéndose de Subteniente en el año 1955.

Prestó servicio en distintos regimientos e institutos de formación de infantería de montaña en Río Negro, Neuquén y Mendoza. También era paracaidista militar.

Estando en Uspallata, asciende el cerro Tolosa de 5.432 metros sobre el nivel del mar (msnm) e hizo el intento de ascender el cerro Aconcagua de 6.959 msnm, alcanzando los 6.800 metros de altura.

Entre otras hazañas (ver www.antartidapatrulla.com.ar), cabe destacar que integrando la dotación invernal de la Base de Ejército Esperanza en la Antártida Argentina; se desempeñó en el año 1962 como Jefe del Grupo de Avanzada y Segundo Jefe de la de la Primera Expedición Invernal en la Antártida que unió esa base con la Base de Ejército General San Martín, que se encuentra por debajo del Circulo Polar Antártico, en una travesía de ida y regreso cubriendo una distancia total de 2000 km sobre los hielos del Continente Blanco.

En la actualidad, en su situación de retiro efectivo, se desempeñaba como delegado de la Regional Bariloche de la Asociación Polar Pingüinera Antártica.

Rezamos por la paz de su alma y le pedimos a Dios nuestro Señor que lo tenga en la gloria.

MI AMIGO DEL ALMA. (Vivencias de toda una vida)
Recuerdos de su amigo, el Coronel (R) Juan Antonio GARIBOTTE

"Conocí a Oscar, a quien cariñosamente llamábamos, los amigos del barrio "Pelusa", siendo adolescentes, teníamos 14 años, aproximadamente en el año 1949.

Los dos éramos cadetes del Liceo Militar General San Martín y viajábamos en el mismo micro.

Vivíamos a pocas cuadras uno del otro; él en la calle Castro Barros, por allí pasaba el tranvía, entre Chiclana y Caseros, límite entre los barrios de Boedo y Parque Patricios y en mi caso en Pompeya.

Su familia era humilde, de Trenque Lauquen, provincia de Buenos Aires, su papá (fallecido) era taxista, trabajaba de 12 a 14 horas por día para dar educación y bienestar a su familia y tenía descendencia de los pueblos originarios de la llanura pampeana.

La familia estaba integrada por su esposa, doña Balbina que tiene aproximadamente 96 años y aún vive, sus hermanos Alberto y Jorge (abogado) y su hermana Marta, monja que misionaba desde hace 10 años en África, todos ellos vivos.

Tenía una profunda vocación militar y su aspiración era continuar su carrera en el Colegio Militar de la Nación, al que ingresa en el año 1952, integrando la Promoción 85., eligiendo el arma de infantería y siendo destinado a la 3ra. Compañía.

Era un joven normal como los de esa época, apreciado por sus amigos y vecinos, alternando en sus días franco y licencias, el descanso con el deporte y los fines de semana las reuniones sociales.

Le gustaba el tango y como cantante Julio Sosa, la orquesta de Aníbal Troilo (Pichuco) y era hincha de Racing.

Propio de esa época simpatizábamos con el General Perón a quien vimos de cerca, nos visitó en el Liceo Militar, pues ahí había estudiado él, antes del traslado a El Palomar del Colegio Militar.

Recuerdo un 17 de octubre que nos fuimos a la Plaza de Mayo, para ver como era eso, dado que proveníamos de sectores sociales humildes. La gente gritaba y al otro día declararon feriado (el famoso San Perón).

Tenía muy buena presencia, muy reconocida por las jóvenes de esa época, se distinguía por su físico, el que se preocupaba en desarrollar. Su especialidad era la gimnasia en aparatos; paralelas y barras, integrando las llamadas "escuadras" y participando en varios torneos.

Nos hicimos socios del Club San Lorenzo de Almagro, con sede en ese entonces en el barrio de Boedo, el famoso estadio "Gasómetro", de la avenida La Plata, donde concurríamos, porque tenía pileta de natación y podía practicar aparatos.

Como anécdota allí vimos como se entrenaba Delfor Cabrera (de profesión bombero) y que fuera campeón olímpico de la maratón de 1952 en Londres.

Se recibió de Subteniente en el año 1955, el mismo año de la Revolución Libertadora (durante los primeros días de la revolución).

Mandaron a nuestra compañía a custodiar, primero el edificio del Ejército y luego la Casa de Gobierno, que había sido bombardeada. Nuestras madres nos buscaban, él pudo avisar donde estábamos.

Al recibirse fue destinado al 1er. Batallón del Regimiento 31 de Infantería de Montaña, con asiento en el departamento de Tupungato, Mendoza.

En la correspondencia que intercambiábamos, me hablaba de su especialización en montaña y me proponía pidiera el mismo destino y al año siguiente pude ser destinado allí.

Luego pasa a revistar en el Regimiento 16 de Infantería de Montaña en Uspallata y también tiene un destino en el Regimiento 26 de Infantería de Montaña en Junín de los Andes, provincia de Neuquén.

Estando en Uspallata, asciende el cerro Tolosa de 5.432 metros sobre el nivel del mar (msnm) e intentamos ascender el cerro Aconcagua de 6.959 msnm, alcanzando él los 6.800 metros de altura.

Posteriormente logró ascenderlo, pues Oscar estaba destinado en Uspallata y en mi caso en Puente del Inca, desde donde normalmente se inicia la aproximación.

Él me ayudó muchísimo con ganado, monturas y albardas, de allí mi nuevo intento.

En los años siguientes, comienza su vocación por la Antártida, donde es destinado en dos oportunidades. En una de ellas en el año 1962, penetra con una patrulla en el Continente Blanco, hecho muy destacado en la época.

A su regreso se casa y de ese matrimonio tiene un hijo.

En la década de 1960, se crea el Destacamento de Instrucción Andino, hoy Escuela Militar de Montaña, en San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro, siendo destinado al mismo.

En esos años, no se destinaban a los cursos a los instructores y se nos seleccionaba en los cursos estivales e invernales, a oficiales de otras unidades de montaña, para desempeñarnos como tales.

Nos veíamos dos veces al año. Fuimos de las camadas fundadoras, junto con otros antárticos como el actual Coronel (R) Carlos Abel Balda, Teniente Coronel (R) ingeniero en energía nuclear Orticelli y varios suboficiales que no recuerdo sus nombres.

En los grados de Capitán y Mayor, cursó la Escuela de Guerra, también hizo cursos de paracaidista, en Córdoba y luego fue destinado al Estado Mayor del Ejército, en la Jefatura Personal, Departamento Pases.

Es aquí donde debo resaltar el valor de la amistad de mi amigo. Cuando finalizo la Escuela de Guerra, se me destina al Regimiento 28 de Monte, con asiento en Tartagal Salta. No entendía nada y en broma decía que se equivocaron de abreviatura, dado que Montaña y Monte, en el lenguaje popular, pueden considerarse sinónimos, haciendo referencia a alturas y no desde el punto de vista fitogeográfico.

El Jefe de la Unidad me aclaró, que me había pedido, para al año siguiente se me nombrara Segundo Jefe.

Allí comienzo a requerir de los montañeses su apoyo para volver a montaña y me acordé de mi amigo "Pelusa" y le escribí. Inteligentemente me ubica como 2do. Jefe de los Regimientos de Infantería de Montaña 11 y 16.

En un momento dado el Jefe de Personal, que era un General le pregunta el porqué de su insistencia en mi persona, siempre dando prioridad y Oscar le responde; porque es mi amigo. El General le dijo, previa consulta con los Jefes de Unidades, quienes se manifestaron de acuerdo se me destinara en el 16. Gracias a él volví a montaña.

En 1980 Sosa se desempeñaba como Subdirector de la Escuela Militar de Montaña y otra vez me demostró su amistad.

En la escuela se debía designar al Jefe de Enseñanza, responsable de los cursos y en esos tiempos se tenía como norma, que quien se desempeñaba en enseñanza en un instituto, normalmente, pasaría a ser Subdirector al año siguiente.

Había que reemplazar a una figura como Balda (antártico), compañero de promoción y amigo, quien llevaba varios años en el cargo. Nuevamente la mano de mi amigo hizo que se me destinara a la escuela.

Trabajamos juntos todo el año y me brindaba permanente apoyo, entre los cursos personalmente, reemplacé a Jefes de Cursos y los periodos de instrucción de las dotaciones que iban a la Antártida de todas las fuerzas.

En el mes de octubre me conversa que él como Subdirector, finalizaba su mandato y quien lo iba a suceder, se me consideraba a mí. Me menciona que en poco tiempo más debía ir haciéndome cargo de la Subdirección.

Aquí viene lo anecdótico. Un día nos reúne el Director y nos manifiesta que le habían informado que permanecería un año más en el cargo, pero quien sería reemplazado y se designaría otro Subdirector.

Oscar me miró y vio que me sentía mal y estaba indignado. Se paró frente a mí, me puso la mano en el hombro y me tranquilizó, me preguntó que iba a hacer y me fui a mi casa.

En la tarde él y el Director me llamaron y me explicaron como dice el "ideario popular" que había habido una "criolla movida de piso". Ese Comandante tuvo la gentileza, de reunirnos a los montañeses y explicar el caso y me llevó con él al Estado Mayor, pues reconoció haber favorecido a unos de sus Jefes, sin constatar antecedentes.

Allí fuimos a parar juntos; Oscar en el Departamento Antártico, pues se estaba planificando una operación de lanzamiento de paracaidistas en la Antártida y formaría parte de ella.

Los acontecimientos de Malvinas hicieron que no se pudiera realizar. Esa es la última vez que estuvimos juntos, ya habíamos sido ascendidos a Coronel.

Allí nos perdimos un poco, pues se me destinó al Cuerpo de Ejército IV "Ejército de los Andes" de reciente creación y luego ambos nos retiramos. Sin embargo por medio de amigos comunes, siempre nos comunicábamos.

Trabajó como administrador de empresa, en Córdoba, luego en Buenos Aires, hasta que decidió radicarse en Bariloche, donde lo localizo y se casa con su actual esposa.

Gracias a un compañero suyo de Mendoza, quien me facilita su correo electrónico. Nuestra relación era muy fluida y frecuente.

En los últimos meses había dejado de enviar mensajes, pienso ya estaba muy enfermo.

Me comuniqué por teléfono, en varias oportunidades y por esas cosas raras de la vida, por última vez el Día del Amigo.

Lo demás ustedes ya lo conocen.

Se me fue mi Amigo del Alma."

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