A 31 años del bautismo de fuego de la FAA
Discurso del Brigadier Mayor (R) VGM Rubén Gustavo ZINI
1 de Mayo de 2013

NOTA: Esto no es sólo un discurso; es una lección de historia de nuestra Patria que debe enorgullecer a todos los argentinos.

Orgulloso y agradecido por la oportunidad que me brindo el destino de comandar el 1er. Escuadrón Aéreo A-4B durante el conflicto de Malvinas, hoy, a 31 años del "Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea", sus mandos me han conferido el honor de pronunciar estas palabras para conmemorar el hecho, sin lugar a dudas, mas trascendente de la historia institucional.

Una evocación que comienzo rindiendo mi más sentido homenaje a los integrantes de la fuerza que entregaron sus vidas en las acciones bélicas y a quienes participaron en defensa de los derechos soberanos de la nación, sin condiciones ni prebendas, si con decisión, coraje y profesionalismo y, por sobre todas las cosas, con un profundo amor a la patria.

Amor que compartimos todos los que, en forma activa o pasiva, revistamos en la fuerza armada que tiene por misión contribuir a la defensa nacional, actuando disuasiva y efectivamente en el aeroespacio.

Un sentimiento que hemos recibido como un honroso legado, pleno de logros, valores y tradiciones de nuestros precursores y que, generación tras generación, se enriqueció con el esfuerzo perseverante de una verdadera legión de hombres y mujeres del aire que entregaron lo mejor de si para consolidar y hacer progresar a nuestra institución.

En este día en particular, recordamos los sucesos del primero de mayo de 1982, que ya la historia universal ha inscripto como el día en que una pequeña nación del lejano sur, como dice nuestro papa Francisco, le puso el pecho a una potencia de primer nivel con un pasado de tradiciones imperiales.

En ese 1º de mayo, el mundo se conmovió ante una Argentina que se mostraba fuertemente unida y encolumnada con entusiasmo detrás de un único objetivo: recuperar la posesión y soberanía del archipiélago malvinense, usurpados por la fuerza hacia ya 149 años.

Estábamos convencidos de la justicia de la causa malvinense y quizás no percibíamos que se comenzaba a escribir una de las páginas más gloriosas de la historia militar de nuestra Fuerza Aérea.

A fines de 1981 y comienzos de 1982, la política exterior de la nación cambio el rumbo de las negociaciones y opto por el uso de la fuerza para que sus reclamos fueran oídos y así se llego a la guerra… en forma sorpresiva, sin un debido planeamiento ni una adecuada preparación; la fuerza se vio compelida de aceptar el desafió que implicaba la recuperación y las previsibles consecuencias del modo de acción elegido.

De la noche a la mañana, entonces, debió organizar una enorme maquinaria de abastecimiento aéreo, porque desde el principio se tuvo la certeza de que el modo marítimo seria neutralizado en poco tiempo y, después, debió adiestrar y preparar la totalidad de su aviación de combate para afrontar el inevitable conflicto armado que se avecinaba.

Los escenarios y objetivos eran absolutamente inéditos. Lograr, con mínima probabilidad de éxito aquello que es su razón de ser, la superioridad aérea significaría operar en el limite extremo de los radios de acciones de sus maquinas e interdictar el tráfico marítimo, representaría buscar y tratar de neutralizar buques logísticos y de guerra equipados con las defensas misilisticas mas sofisticadas en alta mar, una responsabilidad operacional para la que no estaba adiestrada y para la que tenia vedado el desarrollo de medios específicos para ejercerla.

Lo único claro de aquellos días de frenético alistamiento era la vigencia del concepto de la subordinación y del acatamiento al juramento de defender la bandera hasta perder la vida. Cualquier especulación sobraba, solo restaba la patria y la firme convicción de luchar por ella.

Se recuperaron las islas, allá, en Malvinas, se montaron dos bases aéreas, un componente aéreo con sus escuadrones y un sistema de vigilancia y control aéreo, a lo largo del litoral patagónico, se desplegó una fuerza aérea táctica con todos los medios disponibles de la institución y se opero un formidable puente aéreo como única ligazón con el continente para abastecer y reforzar a la guarnición terrestre de las islas…

A las 4.40 del 1º mayo de 1982, un bombardero Vulcan de la RAF arrojo las primeras bombas contra la Base Aérea Militar Malvinas ocasionando daños y bajas irreparables. Y antes del amanecer la Fuerza Aérea Sur ordenaba la replica.

Mediante una acción coordinada y decidida, las unidades desplegadas en la Patagonia comenzaron a ejecutar tareas de exploración y reconocimiento, de cobertura aérea y de ataques a objetivos terrestres y navales. El objetivo ulterior era rechazar con las armas cualquier intento de desembarco.

Al amanecer las primeras formaciones argentinas comenzaron a sobrevolar las islas, librándose los primeros combates aéreos. Casi al mismo tiempo, aviones Harrier de la Royal Navy atacaban las bases aéreas militares de Malvinas.

La batalla del 1º de mayo se había iniciado, el óleo del bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina había comenzado a humedecer las frentes de sus hombres, en el aire y en la tierra.

Pocas veces se vio en la historia aérea mundial, al decir del español José María Carrascal, "Tanta gallardía ante la vida, tanta responsabilidad ante la muerte, tanta consideración ante los propios y tanta audacia ante lo ajeno".

En aquel día memorable el personal de la institución dio una muestra cabal de entrega y de coraje. Ninguna de las tareas operativas, de apoyo operativo, logísticas y técnicas dejaron de cumplirse en la situación inédita de estar en combate o bajo el fuego enemigo. El atardecer del 1º de mayo arrojo un saldo doloroso y reconfortante a la vez.

Se ejecutaron numerosas salidas de defensa aérea, de ataques contra objetivos terrestres y/o navales.

Ese día la escuadrilla "Torno" de aviones M-5 ataco, afecto y puso en fuga a una flotilla de tres buques de guerra que cañoneaban las defensas de la base aérea Malvinas, logrando que nunca más volvieran a atacar de día.

Al finalizar el día, se contabilizaron los logros, las bajas y se planifico como solucionar las deficiencias en los días siguientes. En su bautismo de fuego la Fuerza Aérea perdió en combate:

Sin alardes, solo con decisión y profesionalismo la fuerza aérea había peleado de igual a igual con los medios de la flota de guerra más poderosa reunida desde la segunda guerra mundial…

La artillería antiaérea conjunta, después de la sorpresa inicial, rechazo con eficiencia el ataque masivo de las primeras horas. En la BAM Malvinas, se derribaron dos Harrier; y lo que es mas importante, si en ese día la Fuerza de Tarea Británica esperaba una victoria fácil, con solo una demostración de poderío, la cantidad de aviones puestos en el aire por la Fuerza Aérea Sur los hizo reflexionar, esperar refuerzos y postergar veinte días el desembarco.

El sacrificio impuesto por la contienda no ha sido patrimonio exclusivo de la fuerza., El Ejército Argentino la Armada Nacional, la Gendarmería y la Prefectura Nacional componen el alegato crudo e irrefutable del mismo y el testimonio de mas de seiscientos camaradas caídos durante las acciones.

En la batalla aérea por Malvinas merecen también nuestro homenaje aquellos que conformaron las reservas militares y civiles. El escuadrón Fénix, las tripulaciones de las líneas aéreas y los integrantes de la red de observadores del aire, constituyeron un claro ejemplo que demuestra que la defensa de la integridad patrimonial no es patrimonio de algunos sino responsabilidad de todos.

Estimados Veteranos de Guerra de Malvinas el profundo reconocimiento a su entrega… valor y sacrificio. Que su ejemplo perdure para siempre y se trasmita a las nuevas generaciones.

A los familiares de los caídos en Malvinas, quienes llevan siempre en alto el recuerdo de sus esposos… de sus padres, de sus hijos, de sus hermanos, porque ellos ofrendaron la vida por la patria y por ello… siempre estarán presentes en la memoria del pueblo argentino.

Para nuestra institución la vida no tiene sentido ético sin honra. Y la honra militar descansa en el pleno cumplimento del deber… Aunque que haya que ofrecer la vida a cambio… Y ellos… nuestros hombres lo hicieron…

Como reflexión final, deseo agregar un pensamiento y es que cuando las nuevas generaciones se pregunten como deberían ser los patriotas del presente y del futuro, tendrían que responder como lo fueron los próceres de la guerra de la independencia y agregar y como los héroes que lucharon en Malvinas.

Gloria y honra… por siempre a los 55 hombres de la fuerza que ofrendaron sus vidas.

Finalmente invoco a Dios nuestro señor y a nuestra patrona la Virgen de Loreto, para que en todos los corazones argentinos permanezca por siempre el recuerdo de aquellos que partieron a la gloria defendiendo a la patria.

Viva la Patria !!!

Muchas Gracias.

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